Más Hong Kong, más Chan,más nuestro

El catarro, como era previsible, hizo que Felipón tuviera un poco de epilepsia anoche, crisis intercaladas entre ratos de sueño, así que para lo que tiene otras veces con catarro, ésta vez ha sido suave. Y creo, cruzo los dedos, que esta vez sin herpes añadido. El día lo ha pasado algo cansado por no haber dormido suficiente, por eso nos hemos quedado en la habitación hasta que nos fuimos a la terapia a las 4. Miento, a las 2.30 se me ocurrió bajar con Candela, que mientras tanto había estado entretenida viendo unos dibus, a la sala de juegos del hotel. En ese momento Felipón dijo que también quería bajar. Hubo ratos de la mañana en la que jugaron los dos a piratas en la cama y grabaron videos cantando. Otros Felipón se venía abajo y se chupaba el dedo. Eso me desespera porque un día se lo va a tragar. Además, se están ya malformando los dientes y el paladar y se provoca más moco. En la zona de juegos, claramente, se ha venido arriba, les encanta la piscina de bolas. Hace un rato le decía a mi madre que Candela se gana un sueldo por la paciencia que tiene con Felipón, no porque tenga lesión cerebral o por las terapias de Chan sino porque tiene un carácter extremo y a veces caprichoso. Lo que pasa, e imagino que se trata de una cosa por la otra, es que Candela se ríe mucho con él. Tiene un sentido del humor tronchante y hace burla de todo, de sí mismo, el primero. 


Hablando de caprichoso, he hablado a veces con Álvaro Galán de lo caprichosos o manipuladores que se pueden volver los niños que tienen lesión cerebral. Saben que juegan con la baza de la compasión y exigen que los demás, incluidos padres y hermanos, trabajen para ellos. Esto requeriría una lección magistral de Álvaro, como persona que tiene parálisis cerebral desde pequeño, es un experto en el tema y se ha hecho consciente

de haberlo sido en ciertos momentos. Como coach y psicólogo, ha visto muchos casos y siempre aconseja mano firme, porque sólo así se ayuda a que ese niño saque su potencial al máximo. La sobreprotección no lleva a ningún lado. Sí los mimos, pero los mismos que le darías si no tuviera lo que tiene o que das a sus hermanos. No es fácil y yo me pillo dia sí y día también dándole de comer, porque me lo pide con cara de estar agotado, o cogiéndole en brazos, véase estos días, porque también lo está o porque en realidad no quiere hacer el esfuerzo. 

 Hoy al Profesor le he contado lo de la epilepsia y me ha preguntado el tipo de convulsiones que tiene, pero la verdad es que ha respondido él mismo y ha acertado. Hay, según me han contado en alguna ocasión, siento si no es cierta la información,  más de noventa tipos de epilepsia. La de Felipón se traduce, explicado de manera muy casera por su madre, en descargas dentro de la cabeza que le hacen quedarse rígido. Le dan espasmos. Le duele y grita, se desespera. Se queda agotado. Cuando era bebé, recién nacido, las tenía de manera continua, sin descanso, y los médicos decían que la cara que tenía, con la lengua fuera por el agotamiento, era su cara normal, consecuencia de un retraso mental severo. Yo insistí en que no, en que era fruto del cansancio, que cuando pasaba un día sin crisis era un bebé sonriente. Fue una de las cosas que más me motivó a ir buscando caminos alternativos, a no depender de nadie, ni de diagnósticos, a creer más en mi, como madre, y menos en los demás. Buscaba ser escuchada porque más allá de un diagnóstico, está el día a día. 

Hace poco hablaba con una madre, muy triste y con razón, porque su hijo no mejora desde que nació, no tiene ninguna malformación ni tuvo problemas durante el embarazo ni el parto. Ella se desespera porque le gustaría saber qué pasó. Yo le decía que si no se lo dicen no pasa nada, tener diagnóstico muchas veces no sirve de nada, no cambia nada, el cerebro es un mundo y reacciona de manera inesperada. Miles de casos de gente que tiene malformaciones tremendas y está haciendo vida normal y gente como este niño que no mejora y sin embargo tiene el cerebro normal y ninguna problema genético. A este respecto, cuando a Felipón le hicieron los Arrays y después otra prueba de manos del Doctor Fernández Jaén, conocida por ser la más completa en España para identificar causas genéticas, dieron ambas negativo. Estuvimos a punto de no hacerle ni una ni otra pero por eso de poner todo de nuestra parte, se las hicimos. Sabíamos que no cambiaría nada saber por qué se produjeron las lesiones en su cerebro. Éstas estaban claras en las imágenes del escaner y con eso era suficiente. 


Según la terapia metamórfica, que desde aquí recomiendo, me podréis llamar pesada porque hablo de ella una y otra vez, no importa qué haya pasado, no se busca la causa médica, sino tratar la causa emocional que provocó la lesión, sea del tipo que sea. Dice también esta terapia que en el caso de las lesiones en el cerebro en bebés, éstas son lesiones dadas antes de nacer, con el fin de hacer en esta vida un servicio a las personas que les rodean. Para ayudar a la familia a aprender y evolucionar. Más que dadas, se dice que cada uno pedimos las circunstancias y la familia a la que venimos. En unos casos, cuando esto ocurre, los niños se sanan, en otros no, en unos casos los pares aprenden, en otros no, pero en ningún caso debemos sentirnos culpables porque siempre lo hacemos lo mejor que sabemos.  

Estoy convencida de que se producen acuerdos entre almas. Es bonito creerlo así, y a mi me da paz y me la dio la primera vez que lo escuché. En cualquier caso, cuando recibí la terapia metamórfica las primeras veces y después la aprendí para aplicarla yo, de manos de Rosa Casal, me abrió a una dimensión nueva, pues me hizo sentir terapeuta, podía ayudar a mi hijo. Y sobre todo comencé a sentir una gran mejoría en mi, con lo mucho que eso podía ayudarle a él también, como madre. Como poco, es un placer darla y recibirla así que para quienes queráís aprender y saber más, no dudéís en hacerlo, es fácil y como os digo, el primer paso de un largo camino de aprendizje personal. 

El Profesor trató hoy a Felipón de la epilepsia del día anterior pero sobre todo me dejó claro que su prioridad es que camine. Sigue con el equilibrio chungo pero Chan le trabaja sin descanso. Mis costillas, que son una evidencia física de que algo cambió en mi, en sólo una sesión, siguen en su sitio. 

Mañana Chan se va de viaje porque tiene que dar clase en algún lado, y nosotros nos hemos llevado una alegría muy grande, para que descansen los niños. Y más para mi madre, la noche de ayer no fue fácil para ella que compartía la cama con Felipón. Para quien no está acostumbrado a pasar una noche así, es doblemente cansado.

Esta mañana, me desperté cansada yo también. No por haber estado pendiente de la epilepsia, que al no haber sido muy grave, ni me había enterado, sino imagino que por todos estos días fuera de casa con los tres niños. Llevo a Pía en mochila muchos días porque llevar dos carritos por esta ciudad no siempre es cómodo. Va pesando cada vez más. Felipe, en cuanto llegues el jueves que viene, llevas tú la mochila... ;). Chan el otro día me arregló la columna, el cuello y los hombros, pero hoy, éstos me dolían otra vez. Me quedé un rato en la cama aprovechando que Candela y Pía estaban aún dormidas. Como llevaba tiempo sin preguntar a la Vida nada, actuando según mi intuición, e intención, le pregunté qué hacer en estos días, si me daba alguna pista, qué debía hacer para acelerar el proceso de Felipón si es que esto estaba en mi... Llegué a una conclusión y además recibí una palabra, que se repitió muchas veces en mi cabeza. Empiezo por lo primero. Cuento estos días que Felipón no quiere andar, a pesar de que sería lo más adecuado para ir cogiendo musculatura en las piernas con los trabajos que le hace Chan, y también cuento que me parece que se debe a un miedo natural e irracional a hacer algo diferente. Creo que le cuesta soltar una parte de su pasado, siempre cuesta soltar lo que ya conoces aunque seas niño, salir de la zona que controlas, en este caso para él el gateo, como ya ocurrió con el arrastre en su día. Pero lo curioso es que hoy me daba cuenta de que yo también tengo cierto miedo a ilusionarme. Andar, andará, de eso estoy segura, más difícil me parecía el gateo. Pero tengo cierto bloqueo con este tema, imagino que para protegerme. No he visualizado en estos días aún ese momento, para no sufrir imagino, por si no ocurre pronto, sé lo importante que es para todos. Al hacerme consciente hoy de ello, he soltado ese miedo. Y he hecho una visualización rápida desde el corazón. No sé si ya lo he dicho en estos días pero como visualizar no se me da especialmente bien, porque me disperso, mi mente me juega malas pasadas mostrándome imagénes que no tienen nada que ver con la orden que le doy,sólo pongo mi intención. Así no me bloqueo cuando pasa y sé, con seguridad plena, que el efecto se produce igual. Fue muy bonita la sensación. sentí paz y una pequeña subida de energía, mi corazón comenzó a latir con fuerza por unos segundos. En seguida se  despertó Pía y ya me levanté yo. 

En cuanto a la palabra que me vino, de manera repetida, esta mañana: entrega. A la Vida. 

Felipe llega la semana que viene, qué ganas, más de un mes sin vernos. Pero sé que está feliz haciendo lo que le gusta y los caballos, con él, también. Muy bien acompañado por Iñigo padre e hijo y Francesca,a quienes saludo desde aquí, si están leyendo.

Por cierto, que no se ven perros por las calles, ni gatos ,ni insectos, ni otros animales. Salvo algún gorrión entre los árboles del paseo que da a la bahía, cerca del hotel. El otro día vi un caracol, pequeño, ajeno a ser el único en su especie en kilómeros a la redonda, o eso parecía. 

Besos....

Comentarios

  1. Mucha energía para Felipón! Que se reponga pronto y no vaya a menos! Que tiene mucho por delante!

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