Anoche cuando iba a escribir el post del día, me quedé sin batería en el ordenador. No podía ponerlo a cargar al lado del sofá, desde donde escribo, porque había prometido a Candela que podía ver una peli, en su ratito de desconexión de todo el día sin sus hermanos, ya dormidos. La otra opción era ponerlo a cargar junto a la cocina, en cuyo caso ya no podría escribir durante un rato. Así, la mejor y única opción que se me ocurría era charlar con mi madre, o estar, sin más. Hoy se va, en unas horas. Han sido días diferentes, en relación a otros viajes o días juntas. Por ambas partes hemos sido conscientes de que teníamos que poner todo de nuestra parte para que salieran bien las cosas, y sobre todo, para que cada día nos sintamos mejor después de años de amor, como digo siempre, pero también de muchas batallas. Estamos cansadas de las batallas. Y ayer sólo hubo una de bolas, abajo en el hotel.
Ayer fue mi segunda sesión con Chan. La primera, días atrás, sólo me trató la espalda. Los días siguientes trató a mi madre, y ayer ella se quedó con Pía mientras yo entraba a una de las salitas con camilla. Felipón estaba en una contigua. Pasaron conmigo dos ayudantes, una de ellas, que me encanta, es la que siempre está pendiente de nosotros, tan pronto te coge a Pía para dormirla como te resuelve una duda o te hace una terapia. Es estupenda, y mano derecha de Chan. La otra es una chica que habla poco. Me eché entregada a que me hicieran lo que quisieran, para qué poner puertas al campo. De estos días, me dolían los hombros, que no la espalda desde que me la trataron, y tenía ganas de que me mimaran un poco el cuerpo.
Eso hicieron, mi cuello crujió, mi columna, me trataron las piernas, y yo les pedí, llegado a este punto, que me trataran estomago e intestinos. Apretaros un poco a ver si os duele. Los órganos a veces se contraen, se pegan unos con otros, por estrés y mala alimentación entre otros motivos, y es bueno que recuperen su forma y su autonomía dentro de nuestro cuerpo. Javi en sus sesiones me lo hace cuando voy a Madrid, cualquier osteópata bueno te lo hace y te da la vida. Nunca mejor dicho, andas más ligera y haces que tu cuerpo pueda invertir energía en otras cosas que no en ir tirando. Ayer me lo hicieron en un segundo, con una de sus máquinas, que según ellos emite energía. Colocada de todo, recolocada y ligera, me hicieron andar un poco por la sala para ver si estaba mejor. Lo estaba, pero como os digo, no varía la sensación mucho de cuando vas al osteópata en Madrid o en Cuenca. No hace falta venir a Hong Kong para ello.
Pero amigo, entró Chan. Minutos antes yo le había dicho que si me podía mirar la nariz. El tabique lo tengo muy fino y podría estar un poco torcido. Me dijo que sí y que era importante enderezarlo para que pudiera respirar mejor y dar equilibrio a la cara. Dijo algo en chino a las dos chicas. Él me volvió a crujir el cuello para que terminara de estar bien conmigo misma y me tumbó de nuevo. Entonces trabajó con mi nariz unos minutos. No me dolió. Cuando me enseñó mi cara en el espejo, mi nariz estaba más ancha, y sigue ahora que escribió horas más tarde. Las gafas, al llegar al hotel y quitarme las lentillas,me molestaban. De verdad que está más ancha y puedo respirar mejor.
La chica que os digo que me cae tan bien además pasó sus manos por mis costillas superiores y las terminó de alisar. Sólo con un toque. Me dijo, esto es energía cuántica. Emitir una orden y que ésta se cumpla, no dudar. ¿Sabéis qué? Esto ya lo hacía yo sin saber que lo era. Os había comentado que me cuesta visualizar. Un día, durante una meditación en la que tenía que visualizar algo, harta de bloquearme siempre queriendo ver algo que no veía, solté el control y dije, de acuerdo, lanzo la orden al Universo con independencia de lo que vea. Sé, me dije, que el trabajo se hace igual. Algo, o yo misma, me llevó a esa conclusión, y eso me descargó de mucho trabajo y batalla interior, en todos los campos. Me dije a continuación, si esto lo aplico en una visualización, lo aplico también en mi vida. Ahora, desde hace tiempo, y funciona, si tengo por ejemplo que recordar algo, ya no hago como antes que repito algo muchas veces con el miedo de que se me va a olvidar, es más, el convencimiento de que eso ocurrirá, y ocurre. No me acuerdo a los diez minutos ni del primer número del teléfono que me habían dicho. Ahora no, me lo repiten una vez y me digo, lo recordaré y saldrá cuando lo necesite. Hasta ahora no me ha fallado. Jajaja y si no me acuerdo, es que no me tenía que acordar. Sin agobios. Como cuando escribo, sé que sale lo que tiene que salir, que os llegará lo que tiene que llegaros, a quienes tiene que llegaros, para lo que tenga que llegaros.
Somos partículas, todo está formado por ellas, todos estamos unidos a todo por ellas. Si lanzamos la orden al Universo, éste te lo da pues lo que pides no es diferente a ti, y si no, es que considera que no es adecuado en este momento, para tu aprendizaje. Pero tú has puesto tu intención. Es sútil, requiere fe. Confiar. Saber que tú eres creador, cocreador, que está ahí para ti. No sé como explicarlo, en Youtube hay vídeos de muchas personas que te hablan de ello, entrad para comprenderlo mejor porque yo hablo en un idioma muy de andar por casa y basado en mi experiencia, sin más teorías. Pero ayer en la consulta de Chan, con esta mujer que habla inglés con acento chino, algo hizo click en mi cabeza. Puse nombre a lo que he hecho desde hace un tiempo. Pruébalo, no más batallas contigo mismo. Di algo, y suelta, la intención ya está puesta. A ver si lo sé explicar mejor con un ejemplo. Cuando Roberta me dijo que viniéramos a China, si me hubiera parado a pensar, no vengo. Dije, de acuerdo: llamé a Suzzane, la secretaria y le mandé los vídeos de Felipón para ver si Chan consideraba que podía tratarle, miré billetes, personas que vendrían en pleno verano con nosotros ya que Felipe no podía, hice tareas de última hora, hotel, miramos opciones de pagar viaje y terapia... dando por hecho que veníamos. Sin miedo a que algo no saliera, si no teníamos que venir, no vendríamos. Aquí estamos. Sin miedo a que hayamos metido la pata porque como dije en su día, el aprendizaje saldrá con el tiempo y los resultados también. Los miedos particulares en mi misma también han ido desapareciendo.
Ayer la ayudante de Chan me dijo que se trata de una reprogramación de la mente. Mente lanza orden al cuerpo y éste la recibe inmediatamente. Y al revés. No te debes dejar envolver por emociones negativas, una vez que la reconoces, no te bloqueas, tranquilamente dices la orden que quieras y sabes que ya está haciendo efecto. Aunque en ese momento aún no lo veas, lo está haciendo. Las costillas, en mi caso, la nariz, cambia, incluso la energía más densa, se mueve ante nuestra orden.
Una vez dicho esto, para los que aún no estéis en ello, buscad vuestro camino en esto de la energía cuántica. No le pongáis nombre para no encasillarlo o buscar palabras. Sólo probad a no luchar más, a lanzar vuestra intención sabiendo que si es vuestro, vendrá.
Miro a Pía y sé que es sutil, la magia de la Vida.
Y una cosa más. Esta mañana me salió que os dijera esta palabra. Agradecer. Yo llevo tiempo también con ella en la cabeza. Y la repito una y otra vez.
Muchos besos y feliz día
Gracias por compartir tu experiencia, a mi me ayuda mucho. Gracias.
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