Vuelvo a HONG KONG, esta vez sin Felipón

¡Hola a todos! 

He empezado el año como una loca poseída por Don Limpio, plumero y aspirador en mano, recogiendo juguetes, migas, zapatos, zapatillas, vómitos, calcetines, calzoncillos, pelos, de perro, de niño, pelusas tamaño elefante, de las que se esconden detrás de las puertas y de las más descaradas también que pasan provocadoramente delante de tus narices para ver si sacas un momento y las quitas. Haz camas, cambia sábanas, al día siguiente también que se han salido varios pises del pañal, lavas ropa, tiendes ropa, lavas más ropa, tiendes de nuevo, y mientras hablas por teléfono cómo y cuando puedes, una niña te llama para que mires su pirueta, el otro te llama porque se ha caído de culo y se ha hecho daño y no quiere andar más, la tercera se cae dos veces mientras tanto, oyes como se pelean y hasta te ríes porque Felipón usa su mano derecha para pegar, pero al menos la usa para algo. No sales de la cocina porque haces la cena y te ves después de recoger los platos haciendo el desayuno, todo esto sin pestañear... Y cuando miras debajo del sofá no das crédito porque crecen todo tipo de artilugios y sobre todo, zapatos. Y qué decir del misterio de los calcetines desparejados, he llegado a creer que era una prueba fehaciente de que el más allá existe... Me acabo de enterar que las lavadoras se los tragan. Nunca los dos, elige uno siempre para fastidiar. Eso sí, nadie sabe si el tambor está conectado con ese más allá que me empeño en descubrir y su fabricante los vende, a los marcianos de un pie. 

Pero como me han desprogramado hace un par de meses, y soy otra;)))), mañana llegan refuerzos y me podré tomar un té mientras me pinto las uñas de nuevo y me apunto, por fin, después de casi dos años sin hacer deporte, a clase de algo. Vale con sudar la gota gorda un poco y echarme unas risas con alguien en mallas y zapatillas. Paseos por la montaña, yoga, tiempo para leer.... ¿Estaré soñando mientras os escribo? Os contaré si se cumplen mis propósitos de año nuevo, Chabela, está pendiente nuestro feedback semanal. Eso sí, sólo la intención para mi cuenta mucho que antes entre mis prioridades no estaba cuidarme tanto a mi misma, mi pelo, o estrenar zapatillas de deporte. Las que tenía habían cumplido ya quince años, o más, igual que mis gafas de ver, tremendas, por cierto. Las de ahora, molan.

Las uñas este último mes han tenido que esperar, o una cosa o la otra. Tres niños, un perro, vivir en un país lejos del tuyo con una asistenta que viene unos días a echarte una mano pero justo se la han operado y ya no la usa... Navidades de por medio, viaje a España... Los Morancos, como llama mi marido a “quienes” ponen prueba tras prueba en nuestra vida y organizan todo este montaje aquí en la Tierra, y se lo curran por cierto para que encajen las piezas de manera asombrosa, se han salido esta vez y me han llevado a tomarme los quehaceres de casa como lo más de lo más. Nunca me había obsesionado con nada, ni con los deberes, ni con los exámenes, yo, Rocío la reina de las chuletas, conocida hasta por los profesores, ahora meticulosa, matrícula de honor en asistencia del hogar, y de coche, que antes había caracoles felices debajo de los asientos y no queda ni uno. Me pillo en la cama muchas noches haciendo repaso con la inercia del día, pensando que he dejado polvo en la mesa de la tele y lo llevo fatal. Así estamos. 

Y la terapia de Chan Tatachán que con tanto cuidado y amor le hacía a Felipón hasta diciembre, ha tenido también que esperar. Y entonces, para no morirme al pensar que llevo casi dos meses sin hacérsela y sus células están paralizadas hasta que lleguen al ataque de nuevo los imanes chinos, he llegado a la conclusión, de que como todo, aquí hay tomate y como siempre, aprendizaje. Nada es perfecto y la vida es experta en ponerte las cosas difíciles y torcer las condiciones externas (o así las calificamos), cuando parece que más controlado lo tienes. Así, como me encanta ir a lo profundo, mucho más profundo, una vez más siempre llego a la conclusión de que los periodos de descanso son buenos, ¿o no, Elena? Para integrar, para descansar, que la palabra en si misma lo dice todo, y para dar pasos hacia delante, en la misma o en otra dirección.Y a veces para desconectar de una cosa te conectan a otra y así te encuentras pasando el plumero al cuadro como si fuera la cabeza de tu hijo. Cambiar el punto de mira te ayuda a tomar perspectiva y cuando no te queda más remedio, por algo, sobre todo, para algo, ocurren cosas que te indican que has ganado puntos en clase de ti misma. 

Muchos recordaréis que este blog comenzó cuando viajamos a Hong Kong por primera vez, en julio de 2017, por recomendación de una vecina. Desde allí retransmití en directo nuestras aventuras, pero también, lo más importante, abríamos nuestros ojos a una nueva terapia. Ni la única, ni la mejor. Una terapia más. Dicen que en realidad está todo ya inventado, que nosotros sólo lo vamos descubriendo. Lo que sí hace falta es tener la libertad de elegir y dar más alternativas y puntos de vista que ayuden a todos los aspectos posibles, físicos, emocionales, espirituales... de niños y familias. Unos convencionales, otros más naturales, como siempre pienso, complementarios y necesarios todos si nos ayudan. 

El Profesor Chan es un hombre, por lo que le voy conociendo, que quiere a los niños. Sabéis que su máxima es continuar desarrollando tecnología, con ayuda de un científico europeo, para poder trabajar con ella más rápido que con las manos, y ganar tiempo. Es difícil de aceptar, siempre dan más seguridad unas manos humanas. Pero él insiste en que confiemos.

Desde que en abril me llamaran diciendo que venían a España, han pasado muchas cosas. Algunos aciertos, otros desaciertos. Las familias comenzamos a practicar en casa lo que nos enseñaron, con las máquinas que trajeron entonces. Nivel 1, lo llamaron. Muchos niños han notado cambios y han mejorado en el plano motor, lenguaje, sueño o en comportamiento, otros no. En abril y en junio hablaron de volver pronto a formarnos en el nivel 2 cuando el cuerpo de nuestros hijos ya estuviera preparado, tras esta primera fase de “detox”. Este nivel 2 se retrasó y muchas familias se han impacientado.

Se han dado muchas vueltas. La conclusión es clara. Lo mejor es formar a alguien aquí para que no tengamos que depender de que su equipo llegue cada vez desde China, después de que cancelaran, por razones que no vienen al caso, el tercero de sus viajes a Madrid. También porque muchas familias preferían que hubiera un terapeuta que les aplicara la terapia en su lugar de trabajo en lugar de hacerlo ellos en casa, no tenían ni tiempo ni ganas de asumir una responsabilidad más. Otras necesitaban a alguien aquí contándoles qué máquinas son esas, qué son los chakras o por qué hay que desbloquear los meridianos para ayudar al cerebelo o para que se reproduzcan las células y se conecten entre sí. Y por último, porque la experiencia de estos meses ha hecho pensar al Profesor Chan que es mejor que efectivamente un terapeuta aplique sus máquinas más sofisticadas.

Más sencillo todo. Así, Xiao Dan viajará a Hong Kong el próximo día 6 de febrero, hasta el 13. Tiene formación de medicina tradicional china y la aplica en una clínica en España desde hace años. Junto a ella he tenido el honor de que el Profesor Chan me haya pedido que viaje yo también, para formarme. No tiene intención de que yo aplique la terapia en otros niños, pero sí quiere que sepa de lo que hablo y pueda ayudar mejor a las familias que me pregunten ahora que parece que se va consolidando en España. Energía cuántica, bio-información, meridianos, charkras... Prometo manteneros informados como ya hice la pasada vez. Viajo sin Felipón, es duro pensar que estoy allí con el profesor Chan y no me llevo a mi hijo. Seguro que podría ayudarle. Pero no voy en calidad de madre esta vez sino de portavoz, y me ha pedido que le deje en casa.  

Xiao Dan pasará a su regreso consulta una vez por semana (hasta ver si tiene buena acogida), como quien va al fisio o al logopeda, y se traerá los inventos del profesor Chan, aquellos que él y su equipo aplican en sus centros de Hong Kong a sus pacientes.

Estoy contenta, con los sustos, disgustos y las alegrías de estos meses. Creo que esta opción hará más fácil probar si la terapia del profesor Chan funciona. Ojalá ayude al mayor números de niños posible. Allí lo hace, aunque hay quien piensa que es porque está él, el Profesor Chan, y aquí no. El eterno dilema. 

Lo que sí hay algo claro y es que nos ha abierto más los ojos también a saber que la intención con la que hacemos las cosas los padres, cuenta. Que no debemos responsabilizar a nuestros hijos de su mejora sino que somos parte del equipo, que la energía existe aunque no la veamos, y que debemos trabajar en nosotros también para que lo que les hagamos esté libre de cargas personales. 

Antes de que nos vayamos a Hong Kong tengo intención de poner toda la información en un blog, exclusivo de iONE THEORY. Precios, lugar donde tendrán lugar las sesiones, quien es Xiao Dan, en qué consiste la terapia, cursos de formación para aprender a hacer en casa el nivel 1, qué es exactamente el nivel 2, qué niños podrán recibirlo, fotografías, etc, etc. 

Por cierto, el profesor Chan vendrá en marzo o abril, está aún por cerrarse la fecha, para dar una conferencia pública y así entrar más en materia. 

Gracias por vuestra apertura, paciencia, por todos vuestros comentarios, que sirven para estar donde estamos... 

¡Besos a todos!




¡Ah! Comparto el enlace de Amazon de mi libro, El Regalo que cambió nuestras vidas. Lo han traducido al inglés, por si creéis que puede gustar/ayudar a alguien...  Desde aquí doy gracias a Gonzalo, por su apoyo incondicional para que esto haya sido posible. 

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