¡Hola a todos!
La última vez que os escribí os decía que volveríamos a vivir a Madrid el 30 de junio. Pues bien, como en nuestra vida nada es lo que parece, y alguien por ahí arriba se divierte mucho cada vez que nos cambia los planes, ya no volvemos a vivir a España, sino a Portugal. Felipe está feliz (y yo de verle) con su nuevo proyecto, para quien quiera saber más que le llame directamente, sí, es con caballos, Candela lloró mucho cuando se enteró de que dejábamos Francia porque aquí tiene muchos amigos y además saca buenísimas notas, pero ahora está encantada con el cambio, intuye desde nuestra apertura y relajo que sea lo que sea será mejor, Pía no se entera aún, sólo del ambiente que se respira en casa y éste intentamos siempre que sea lo más "natural" posible, que al final es de lo que se trata, y a Felipón no sé si porque no lo asimila, o porque pasa, le da igual.
En este momento estamos durmiendo en colchones sobre el suelo, bien pegados unos a otros en la misma habitación, esperando a que mañana pinten la casa a primera hora de la mañana tras los repartos de colegios. Entre espectáculos de fin de curso, de ballet, de gimnasia, del colegio, entrega de notas con premios incluidos para ambos, celebración de cumples, también de ambos, y de sus amigos, mudanza, copas de despedida, trabajo, limpiezas... no tenemos mucho tiempo para pensar. Nos queda una semana a este ritmo y sin cambiar un ápice el escenario.
Tengo que decir que me gustan los cambios, no me importa salir de lo que conozco, y ésta, la que ha sido mi casa en los últimos cuatro años, ya la conozco. A su gente, nuestros amigos, esos amigos que te hacen sentir bien cuando he podido sentirme mal, su clima, sus paisajes, sus costumbres... Cuando ya tenía controlados a los profesores, las terapias, los papeleos, los precios del supermercado, mi mercadillo secreto de fruta y verdura de los jueves por la mañana, llega el momento de dejar todo atrás. Siempre llevados por esa extraña certeza que nos invade desde que llegó Felipón a nuestras vidas. El motivo real, y humano, es como siempre buscar algo mejor, que no es fácil cuando lo que tienes es bueno, el motivo real, y esotérico, es sentir que debemos fluir, no luchar y saber desde esa certeza que Felipón nos ha traído hasta aquí y ahora continúa su camino. Y con él, nosotros. No deja que nos durmamos de nuevo. Cuando hablo así de él nunca es en el sentido literal de "niño", sino en el amplio sentido del "alma", porque como niño debemos andarnos con ojo ahora que no frena ni en las curvas.
Así lo sentimos Felipe y yo, tenemos la suerte (o la correspondencia como él dice) de compartir esta visión. Nuestro hijo más que nadie nos ha enseñado a creer en nuestra intuición. Él mejora, en todos los aspectos. Nosotros crecemos.
En Portugal, a partir de ahora tenéis vuestra casa. Muy cerquita de Faro.
Estaremos cerca de nuestras familias, y amigos de siempre. Porque los que dejamos aquí sabremos que vendrán pronto a vernos. Y yo estaré cerca del proyecto que poco a poco va tomando forma con la Doctora Xiaodan Lin, aplicando la tecnología del profesor Chan a los niños. La semana pasada estuve en Madrid. Y también estuvieron conmigo los socios del Profesor Chan en Hong Kong y Malasia, Susana y Tyrone. El Profesor Chan es el genio inventor y terapeuta. Ellos dos quienes han dado forma allí a su trabajo. Ahora trataremos de hacerlo en España, esperando que tenga los mismos buenos resultados que tiene allí en los niños chinos. De las reuniones salí muy contenta, y agradecida a las personas que confiaron y nos recibieron. Hacer equipo es vital.
Hace un mes publicaron un artículo del Profesor Chan en la revista Magazine Observer, dirigida por el Ministerio de Ciencia y Tecnología de la República de China, y en él le presentaban como una destacada figura en el ámbito de la bio-información y la bio-energía, respaldaban su tecnología SINETECH (S: ESTRUCTURA; I: BIO-INFORMACIÓN; N: NUTRICIÓN/DETOX; E: BIO-ENERGÍA) y su visión integrativa en materia de salud. Debido a sus buenos resultados, tras más de 30 años trabajando, lidera en la actualidad, también en colaboración con el Gobierno chino, un proyecto de investigación en estos campos. La energía cuántica es su especialidad. Estoy deseando que venga a dar una conferencia pública a España para que les escuchéis, y parece que dentro de poco, así será.
La vida sigue, y como siempre digo, ahora hace falta ver resultados aquí para saber que su tecnología también funciona aunque sea aplicada por otras manos diferentes a las suyas, para que se pueda convertir en una opción más y nos abra las ojos a los occidentales, a aquellos (cada vez menos) que aún creen que tratando sólo el cuerpo físico se está tratando el todo.
Agradezco desde aquí la oportunidad que me ha dado un osteópata maravilloso, otro descubrimiento (en realidad de Irene), porque lo que comenzó con Javi, se consolidó con Pancho, ahora se expande con Manu. No en mi hijo, sino en mi. Me está ayudando mucho a confiar en mi y en mis manos. Desde que nació mi hijo supe que mi vocación era tratar con las manos cualquier cuerpo. Tocar, sentir, aprender. Cada terapeuta que me ha abierto las puertas a saber más ha dejado en mi mucho, o quizás simplemente me ha permitido recordar. Y ahora Manu ha sabido, sin preguntar, destapar ese anhelo secreto... Y si lo comparto aquí es como siempre, para haceros llegar mi mensaje. La madre es quien mejor puede tratar a su hijo. Ser la mejor ayudante de otros terapeutas. Que a lo mejor saben más. Pero es que ella va a escuchar mejor seguro, a hablar mejor seguro, a reír mejor seguro, a confiar, a jugar, a soñar, a ver... mejor, seguro, y también a tocar mejor, seguro. Desde el amor. Y sobre todo, porque tratando, o haciendo todas esas cosas que las mujeres sabemos hacer, cuando las hacemos y nos dejamos ser, nosotras también nos ayudamos, nos sanamos, crecemos, nos conocemos. Porque siendo terapeutas, y pacientes de otros que nos toquen o nos escuchen para llegar a quienes somos de verdad, es la mejor forma de descubrir que somos mucho más que un cuerpo físico. Y mujeres, por encima de todo. Y ahí, la grandeza. Y también a saber que los chrakras no son una leyenda. Y también a tocar la energía. Cuando comienzas a dejar que tu corazón despierte. Y ahí es cuando ocurre la magia. Y si no que nos lo cuenten a Alejandra y a mi, a Bea... y a todas las personas que acompañamos a Manu hace unos días en sus "locas" enseñanzas.
Y también mi recuerdo esta vez a Silvia y Melissa, y nuestra conversación improvisada sobre marcianos y planetas. Y a toda esa gente normal que se da cuenta de que no hay más locura que la de creer que todo es lo que parece.
Están siendo tiempos muy especiales para mi, por muchos motivos.
Besos a todos
Rocío
La última vez que os escribí os decía que volveríamos a vivir a Madrid el 30 de junio. Pues bien, como en nuestra vida nada es lo que parece, y alguien por ahí arriba se divierte mucho cada vez que nos cambia los planes, ya no volvemos a vivir a España, sino a Portugal. Felipe está feliz (y yo de verle) con su nuevo proyecto, para quien quiera saber más que le llame directamente, sí, es con caballos, Candela lloró mucho cuando se enteró de que dejábamos Francia porque aquí tiene muchos amigos y además saca buenísimas notas, pero ahora está encantada con el cambio, intuye desde nuestra apertura y relajo que sea lo que sea será mejor, Pía no se entera aún, sólo del ambiente que se respira en casa y éste intentamos siempre que sea lo más "natural" posible, que al final es de lo que se trata, y a Felipón no sé si porque no lo asimila, o porque pasa, le da igual.
Tengo que decir que me gustan los cambios, no me importa salir de lo que conozco, y ésta, la que ha sido mi casa en los últimos cuatro años, ya la conozco. A su gente, nuestros amigos, esos amigos que te hacen sentir bien cuando he podido sentirme mal, su clima, sus paisajes, sus costumbres... Cuando ya tenía controlados a los profesores, las terapias, los papeleos, los precios del supermercado, mi mercadillo secreto de fruta y verdura de los jueves por la mañana, llega el momento de dejar todo atrás. Siempre llevados por esa extraña certeza que nos invade desde que llegó Felipón a nuestras vidas. El motivo real, y humano, es como siempre buscar algo mejor, que no es fácil cuando lo que tienes es bueno, el motivo real, y esotérico, es sentir que debemos fluir, no luchar y saber desde esa certeza que Felipón nos ha traído hasta aquí y ahora continúa su camino. Y con él, nosotros. No deja que nos durmamos de nuevo. Cuando hablo así de él nunca es en el sentido literal de "niño", sino en el amplio sentido del "alma", porque como niño debemos andarnos con ojo ahora que no frena ni en las curvas.
Así lo sentimos Felipe y yo, tenemos la suerte (o la correspondencia como él dice) de compartir esta visión. Nuestro hijo más que nadie nos ha enseñado a creer en nuestra intuición. Él mejora, en todos los aspectos. Nosotros crecemos.
En Portugal, a partir de ahora tenéis vuestra casa. Muy cerquita de Faro.
Estaremos cerca de nuestras familias, y amigos de siempre. Porque los que dejamos aquí sabremos que vendrán pronto a vernos. Y yo estaré cerca del proyecto que poco a poco va tomando forma con la Doctora Xiaodan Lin, aplicando la tecnología del profesor Chan a los niños. La semana pasada estuve en Madrid. Y también estuvieron conmigo los socios del Profesor Chan en Hong Kong y Malasia, Susana y Tyrone. El Profesor Chan es el genio inventor y terapeuta. Ellos dos quienes han dado forma allí a su trabajo. Ahora trataremos de hacerlo en España, esperando que tenga los mismos buenos resultados que tiene allí en los niños chinos. De las reuniones salí muy contenta, y agradecida a las personas que confiaron y nos recibieron. Hacer equipo es vital.
La vida sigue, y como siempre digo, ahora hace falta ver resultados aquí para saber que su tecnología también funciona aunque sea aplicada por otras manos diferentes a las suyas, para que se pueda convertir en una opción más y nos abra las ojos a los occidentales, a aquellos (cada vez menos) que aún creen que tratando sólo el cuerpo físico se está tratando el todo.
Agradezco desde aquí la oportunidad que me ha dado un osteópata maravilloso, otro descubrimiento (en realidad de Irene), porque lo que comenzó con Javi, se consolidó con Pancho, ahora se expande con Manu. No en mi hijo, sino en mi. Me está ayudando mucho a confiar en mi y en mis manos. Desde que nació mi hijo supe que mi vocación era tratar con las manos cualquier cuerpo. Tocar, sentir, aprender. Cada terapeuta que me ha abierto las puertas a saber más ha dejado en mi mucho, o quizás simplemente me ha permitido recordar. Y ahora Manu ha sabido, sin preguntar, destapar ese anhelo secreto... Y si lo comparto aquí es como siempre, para haceros llegar mi mensaje. La madre es quien mejor puede tratar a su hijo. Ser la mejor ayudante de otros terapeutas. Que a lo mejor saben más. Pero es que ella va a escuchar mejor seguro, a hablar mejor seguro, a reír mejor seguro, a confiar, a jugar, a soñar, a ver... mejor, seguro, y también a tocar mejor, seguro. Desde el amor. Y sobre todo, porque tratando, o haciendo todas esas cosas que las mujeres sabemos hacer, cuando las hacemos y nos dejamos ser, nosotras también nos ayudamos, nos sanamos, crecemos, nos conocemos. Porque siendo terapeutas, y pacientes de otros que nos toquen o nos escuchen para llegar a quienes somos de verdad, es la mejor forma de descubrir que somos mucho más que un cuerpo físico. Y mujeres, por encima de todo. Y ahí, la grandeza. Y también a saber que los chrakras no son una leyenda. Y también a tocar la energía. Cuando comienzas a dejar que tu corazón despierte. Y ahí es cuando ocurre la magia. Y si no que nos lo cuenten a Alejandra y a mi, a Bea... y a todas las personas que acompañamos a Manu hace unos días en sus "locas" enseñanzas.
Y también mi recuerdo esta vez a Silvia y Melissa, y nuestra conversación improvisada sobre marcianos y planetas. Y a toda esa gente normal que se da cuenta de que no hay más locura que la de creer que todo es lo que parece.
Están siendo tiempos muy especiales para mi, por muchos motivos.
Besos a todos
Rocío
Gracias a ti por tu confianza....Es una alegría el compartir lo que sentimos de la
ResponderEliminarVida. quien de verdad aprende de ti soy yo. Eres una gran maestra. Un beso grande. Manu