FELIZ NAVIDAD


Queridos todos,

Hoy es un día muy especial, celebramos el nacimiento del Niño Jesús. 


Creo que es el año con más significado espiritual para mí.

La Navidad está dentro de nosotros, de nuestros corazones, y ese bebé que nace esta noche nos recuerda, porque a la mayoría se nos había olvidado, que no son “sólo” regalos materiales lo que ansiamos, ni tampoco encontrarnos con nuestros seres queridos, que también y es maravilloso, o vivir la alegría o la ilusión a través de nuestros hijos, sino encontrarnos con nuestra esencia, con lo que somos. Navidad es NACIMIENTO, nuestro nacimiento interior, de nuestra conciencia, para así comenzar a hacernos partícipes en nuestra vida de manera diferente a como lo ha venido haciendo el ser humano durante miles de años. Es bonito tomar conciencia y permitir que “nazca” o se manifieste nuestro espíritu en nosotros, dejar de vivir de manera automática, asumir la responsabilidad en nuestra Vida y ver que las circunstancias que nos rodean y vivimos son las que necesitamos para nuestro propio desarrollo.

Más allá del personaje que representamos a las mil maravillas, Manolo, Pepe o Margarita, nuestro Espíritu antes trazó un plan de vida que seguimos a ciegas. Sin embargo, somos cada vez más quienes hartos de chichones, de andar a tientas, vamos despertando. “Regalos” con truco como nuestros niños, con lesión cerebral para muchos, con otras dificultades para otros, con enfermedades personales, ruinas, quebraderos constantes de cabeza, problemas de ubicación, salud, relaciones o economía, nos llevan a despertar, a unos antes que a otros.

Y entonces, tras unos escarceos previos, sutiles caricias para el alma, nos invade la certeza de que vivimos en muchas y desde muchas dimensiones.

Descubrimos así que venimos a ser felices y que ésta es nuestra máxima responsabilidad, esta vez desde la consciencia, no desde la ignorancia. Venimos no a pecar ni a ganarnos el Cielo a base de golpes, sino a querernos, a nosotros y a los demás, a encontrar oportunidades en los obstáculos, a trascender aquello que más nos duele y encontrar un sentido a nuestras experiencias, a Ser mejores personas, y por lo tanto, crecer y recordar que realmente somos Hijos de Dios, y como tales, partículas de su infinita Energía.

Somos, en definitiva, seres Divinos dentro de una experiencia humana.

Todo está Unido, Todos somos lo mismo, Todos somos maestros unos de otros, espejos para vernos reflejados, para mejorar, para compartir fuera desde nuestro Silencio y Paz interior. Tiempo de recogimiento y de Alegría, de meditar, rezar, o jugar, como cada uno quiera encontrarlos.  Tiempo de saber que somos perfectos y que en esa perfección hallaremos la flexibilidad necesaria para Vivir, fluir y servir. Para entregarnos.

Ya sabéis que Felipón va marcando mis ritmos y yo me dejo, así comprendí que debía ser de alguna manera, a la vez que yo le ayudaba a él. Y mis deberes son muy claros últimamente, trascender ese personaje. Pero la clave, la clave que estoy descubriendo y comparto aquí, es hacerlo no desde la búsqueda de esa sensación de triunfo ni tampoco para dejar a ese personaje atrás sino con la intención de hacer equipo con él, comprender que somos Uno. Espíritu y personaje se necesitan. A partes iguales. Si lo hacemos de otra manera, el miedo deja al personaje muy pequeñito y no caminan de la mano, no hay comunicación ni verdades que nos hablen.

Por eso Dios nos envío un bebé. Representa la ternura, el amor, las caricias… Así debemos cuidarnos a nosotros y a quienes queremos, como a bebés, porque eso somos aquí, bebés, en pañales, y sólo con Amor nos atrevemos a dar esos primeros pasos con confianza, así vamos recordando, desaprendiendo y comprendiendo, siendo menos ignorantes y más sabios. Más conscientes.

En estos últimos meses he descubierto con más fuerza la magia del agradecimiento, y no porque me lo hayan contado. El poder que tiene ser agradecidos, una de las llaves que más puertas nos abren dentro de nosotros. Y por eso en estos días, consciente de ello tras llegar a muchas conclusiones, respuesta a mis muchas preguntas interiores, se repiten dentro de mí estas palabras:

Gracias Rocío Martín Díez.

Cada vez que las repito me viene la imagen de esa niña pequeña que hace años buscaba otras respuestas, consciente quizás de que su aprendizaje no había hecho más que empezar. Una niña que sabía sin saber que sabía. Una niña. Nuestra Niña o Niño Interior. 

Os deseo en esta Navidad y en este Año Nuevo que empieza CLARIDAD para seguir Vuestro Camino, aquél que guíe vuestros Pasos hacia la Alegría y no hacia el sufrimiento, y CLARIDAD para saber hacer las preguntas necesarias, comprender las respuestas y la magia que hay en ellas, CLARIDAD para discernir LO QUE SÍ Y LO QUE NO, para saber descansar cuando toque, CLARIDAD para saber cuando eres tú y cuando estás desempeñando un rol que te ralentiza los pasos, CLARIDAD PARA DAR Y RECIBIR AMOR a quien nos pida el corazón, que no la mente, y sobre todo, CLARIDAD para compartir millones de risas con quienes queramos.

QUE ESA CLARIDAD NOS ACOMPAÑE IGUAL QUE UN SOL DENTRO DE NOSOTROS.  

Y os invito a meditar y preguntar, a conectaros estos días con vuestro corazón, a escucharle, agradecerle y sembrar nuevos propósitos, son días de mucha magia, precisamente por eso, por esa energía tan bonita que hay y esas buenas intenciones que se entrelazan de manera invisible. Hay Seres, ayudantes de Jesús, y él en persona 😉, que están deseando ayudarnos. Así lo siento y seguro que muchas, muchas personas más.  

¿Sabéis? Para mí esta Navidad y todo el Año 2019 ha sido un constante descubrimiento. Le decía hace unos días a un amigo que algo así como descubrir que los Reyes Magos existen de nuevo. De pequeños creemos en su magia, después nos dicen que no, que es un cuento chino adornado con bonitas palabras, que los regalos nos los traen los padres. Pues resulta que sí, que esos regalos los traen los padres, pero los Reyes Magos nos traen otros regalos mejores: el “Oro”, el “Incienso” y la “Mirra”, junto con muchas Verdades más que se nos dan a medida que nosotros mismos nos las permitimos ver y nos mostramos preparados para comprenderlas. 

Esta noche y estos días brindaré porque esa magia crezca dentro de mi corazón y así poder transmitirle a mis hijos que lo de menos, aunque importe, son los regalos envueltos en papel, que lo más maravilloso es esa Energía que está, que nos hace ser, por fin. 
Gracias a todos por acompañarnos, siempre. Y a esos amigos, ya hermanos, que tanto me enseñan, con los que tanto comparto. Gracias a esas mujeres, madres o no, por existir en mi Vida.


Un beso enorme 

Rocío

Comentarios

  1. Me ha parecido preciosa tu forma de expresarte Rocío.
    Muchísimas gracias!!!
    Mari Cruz Domínguez R.

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