PACIENCIA

Hola a todos,

Hoy me siento a escribir y pienso en el tiempo. El tiempo es relativo, pero para las familias que tenemos una persona con discapacidad en casa es más relativo aún. Como para quien espera algo importante. Nosotros esperamos algo importante a diario, o no esperamos nada. Depende de cómo se mire. 

Y esta capacidad de hacer del tiempo algo tan relativo puede ser involuntaria o voluntaria, sólo pasa por ser capaces de respirarlo de otra manera. 

Estos días me planteo la PACIENCIA como un término sabio en sí mismo. Paz y Ciencia. Que no significa esperar sentado sino actuar sin exigir a cambio un resultado inmediato. 



En estas semanas pasadas, Fabiola entrevistaba para las familias y seguidores de la Fundación Bertín Osborne en redes, a Ana Arrabé y Nazareth Castellanos. Yo recordaba los cambios que he experimentado en mi misma desde que nacieron mis hijos (Ana fue mi maestra de Mindfulness hace ocho años). Si algo he ganado ha sido en paciencia. Y "músculo" para adaptarme y disfrutar de lo que tengo, cuando lo tengo. Porque las palabras de las tres, incluidas las de Fabiola, que como madre llegaba a esas mismas conclusiones, estaban en todo momento dirigidas a la necesidad de estar bien para dar lo mejor de nosotros a quienes más queremos, y en este caso, a quienes más dependen de nosotros. 

Respirar el tiempo de otra manera, nos permite jugar con ese tiempo. Jugar con él entre nuestros dedos, cuestión de práctica... Y de amor a esa misma práctica. El Amor, al fin y al cabo, está detrás de todo, hasta del miedo. 

Tiempo y miedo, escalofríos me dan. Lo lento que pasa el primero cuando acecha el segundo. Tiempo y amor. Lo rápido que pasa el primero cuando nos inunda el segundo. El tiempo es un regalo. Lo miremos como lo miremos. 



Y aunque libro tormentas internas a cada segundo, como todos, procuro recordar hasta qué punto nos comunicamos los seres humanos con un lenguaje corporal, no verbal. Fingir no es la solución definitiva y menos cuando tienes un hijo con discapacidad, que sabe leer entre todas y cada una de tus líneas.

Por eso estoy encantada de haberme encontrado con Fabiola y la Fundación Bertín Osborne en el camino, cuando me ayudaron con mi hijo hace ya 9 años, pero también ahora que trabajo con ellos. Porque creo que es necesario que alguien enfoque la discapacidad como oportunidad. La dureza que supone, la conocemos.  Pero si logramos levantar un poquito la mirada para tomar perspectiva y alejarnos del problema sin perderlo de vista, para que no se desmonte nuestro castillo de naipes, veremos que las familias necesitamos dos cosas: INFORMACIÓN, para tomar las decisiones desde la serenidad que nos da el conocimiento (o ciencia), y FORMACIÓN, para tener herramientas con las que tomar esas mismas decisiones desde una mayor serenidad aún (o paz). 

Ambas cosas, información y formación, de una manera o de otra, nos regalarán tiempo, porque nos aportarán paz y ciencia a nuestras vidas.

Las familias somos la base de nuestra sociedad. Que estemos bien, un ejercicio de primera necesidad para TODOS, porque compramos el pan, somos jefes, empleados, amigos, primos... Y si nosotras (las familias) sonreímos, TODO se lleva mejor. Aunque sea un segundo, ese segundo, sabemos, que sabe a eternidad.  

Besos

Rocío  



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